
Con este motivo, las parroquias y las comunidades cristianas se reúnen para celebrar la eucaristía y repetir, una vez más; el signo de la imposición de la ceniza sobre la cabeza de los fieles.
Debemos captar el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo
de la renovación pascual. Sobre ello se pronuncian las siguientes palabras: "Conviértete y cree en el Evangelio".
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